El tiempo real no puede ser manipulado, pero el tiempo cinematográfico sí. En una película de noventa minutos podemos ver una historia que condensa los sucesos de días hasta eventos que se desarrollan en varios años. En el cine se pueden conjugar planos alejados en el tiempo, se entenderá lo que pasó en medio sin necesidad de mostrarlo. Así, algo que en la vida real puede tomarnos horas, en el cine lo podemos hacer en menos de un minuto. También podemos alargar momentos: algo que ocurre en segundos puede dilatarse al contraponer varios planos del mismo instante para crear tensión dramática.
Fotogramas: The Lion King, 1994
El cine nos permite transportarnos a otra época en el pasado o futuro, incluso nos permite viajar a mundos alternos donde el tiempo se percibe de forma distinta, sin perder la sensación de que las cosas están ocurriendo en ese momento. El tiempo en una ficción puede no ser lineal. A menudo ocurre que en medio de una historia, necesitamos más información o queremos entender lo que pasa en la psicología del personaje. Por montaje nos encontramos de repente en una escena que ocurrió en el pasado y un instante después estamos de vuelta en el presente pero nuestra expectativa ha crecido.
Fotograma: Once Upon a Time, 2011-2018
Las posibilidades de juego con el tiempo en el cine son infinitas pero siempre tienen una justificación. Toda decisión, en el montaje cinematográfico, está orientada a causar un efecto en el espectador.
Hay películas y series que llevan el juego del tiempo más allá. Christopher Nolan por ejemplo en Interestellar (2014), nos cuenta una historia en el espacio exterior desde el punto de vista de un astronauta y utiliza las imágenes en un monitor para mostrar que el tiempo en la tierra transcurre mucho más rápido. El Director utiliza esa contraposición para establecer otra percepción del tiempo donde el espectador se identifica con el personaje y su angustia al perderse el crecimiento de sus hijos.
Fotogramas: Interestellar (2014)
En la serie de HBO Westworld (2016), por ejemplo, hay al menos 3 líneas de tiempo en la historia. La serie es sobre un parque de diversiones donde los anfitriones son seres humanoides con inteligencia artificial que al percatarse de que se encuentran dentro de un escenario falso y manipulado por los seres humanos, luchan por ser libres y elegir su propio destino.
Fotograma: Westworld, "The Bicameral Mind", season 1, 2016
El montaje juega con la mente del espectador llevándolo a través de varias líneas de tiempo durante la segunda temporada, esta manera de contar la historia funciona como un rompecabezas, de modo que no solamente nos cuesta distinguir la cronología de la ficción, sino lo real de lo artificial. La manipulación de los sucesos en el montaje se convierte en un reflejo de la línea argumental de este parque de diversiones, cuestionando constantemente el libre albedrío de los personajes.
Fotogramas: Westworld, "Phase Space", season 2, 2018.
El tiempo es un concepto que se puede manipular de varias maneras a través del lenguaje cinematográfico y una de las herramientas más importantes para lograrlo es el montaje visual. El trabajo del montajista consiste en poner una imagen junto a otra para crear un significado y una sensación en el espectador.
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