El Diseño Sonoro Como Protagonista de la Película Whiplash
En 2014, una película realizada con un presupuesto relativamente bajo es aclamada por la crítica en su estreno en el Festival de Cine de Sundance. Se trata de Whiplash: Música y Obsesión, un largometraje dramático que aborda la intensa relación entre un alumno prodigio de un prestigioso conservatorio de música y su cruel mentor. La calidad de esta producción, escrita y dirigida por Damien Chazelle, le valió importantes premiaciones; entre ellas, un Oscar y un BAFTA al mejor sonido, cuyo peso le da a Whiplash un carácter muy especial.
Por su relevancia, es necesario conocer un poco más acerca de las categorías de los Oscars que tienen que ver con sonido: edición y mezcla. De acuerdo a un artículo publicado en Fílmicas, la edición de sonido consiste en “el diseño y posicionamiento de distintos sonidos durante la película”, y la mezcla se trata de “tomar todos los sonidos existentes, los diálogos y la música y balancearlo en cada momento de modo que se escuche lo que se desea que se escuche”.
Craig Mann, Ben Wilkins y Thomas Curley reciben el BAFTA por Mejor Sonido en 2015. Fuente: Wardrobe BAFTA.
Ben Wilkins, Thomas Curley y Craig Mann fueron los encargados de la mezcla de sonido que cobró vida en la etapa de postproducción, pero comenzó desde el rodaje. Ben Wilkins es un diseñador de sonido inglés que se ha destacado durante dos décadas en Hollywood, desde que se integra al equipo de producción de la taquillera película Twister (1996), merecedora de varias nominaciones de la Academia por Efectos Visuales y Sonido, a pesar de las críticas desfavorables. Thomas Curley es un ingeniero de sonido especializado en producción audiovisual y con BA en Estudios de Cine. Después de desempeñarse como ingeniero en productoras de la talla de Fox y NBC, se dedica a la producción de sonido en la industria cinematográfica de Los Ángeles.
Por su parte, Craig Mann es un ingeniero canadiense especializado en Music Industry Arts. Ha participado como sonidista en varias películas, entre ellas Insidious (2010) y Actividad Paranormal 4 (2012), así como en el documental Beats, Rhymes & Life: The Travels of A Tribe Called Quest (2011). Estos tres talentosos sonidistas trabajaron con Richard Henderson, quien fue el editor de sonido, y que es conocido por su trabajo en Into the Wild (2007), The Revenant (2015) y The Life Aquatic with Steve Zissou (2004). Se hace evidente entonces cómo es posible que una película, cuyo rodaje según Curley “duró apenas diecinueve días y su presupuesto fue de 3.3 millones de dólares”, se caracterice por un resultado tan espectacular en materia de diseño sonoro.
Damien Chazelle y Richard Henderson trabajando en el sonido durante el rodaje de Whiplash. Fuente: José Luis Díaz.
El secreto de este equipo no es tan secreto, ya que han revelado en distintas entrevistas que su pasión por el sonido los lleva a afrontar todos los retos de la producción con tal de lograr evocar en el público las emociones que el Director desea transmitir. En el caso particular de Whiplash, la batería del protagonista, encarnado por Miles Teller, se convierte en un personaje central. En un compilación de momentos realizada por Jorge Luengo Ruiz, se hace palpable el uso del sonido junto a planos detalle o “close-ups” para lograr una gran tensión dramática a lo largo de la película.
A pesar de su talento, fue una sorpresa que Mann, Wilkins y Curley recibieran el Oscar; dado que el galardón en la categoría de sonido casi siempre es otorgado a grandes estudios por su superioridad financiera y técnica. Pero el brillante manejo de los volúmenes, tanto de los exacerbados diálogos como de los instrumentos, así como de los silencios totales para transmitir sensaciones distintas les valió el reconocimiento no sólo de la Academia, sino de la crítica por entero. Cabe destacar la creación de un modelo de reverberación a partir de respuestas a impulsos para lograr, según Wilkins, la sensación de “estar encerrado en una cueva con un monstruo”. Con la misma técnica, el equipo logró captar sonidos muy naturales, tanto de los instrumentos como del ambiente, para lograr el resultado más natural posible en el sonido directo.
El equipo de producción de Whiplash preparando el rodaje de la escena final. Fuente: Revista Cinéfilos.
Es evidente que el talento y el amor por el sonido para cine es un componente esencial para el éxito en este oficio. Más allá de la tecnología, que sirve para acortar los tiempos de trabajo, la creatividad y la atención a los mínimos detalles -así como una compenetración total con la visión del Director-, son los ingredientes de un diseño de sonido extraordinario. Si eres de los apasionados por el sonido para cine y te gustaría dedicarte a crear diseño sonoro, el INCINE te ofrece una alternativa: